Autor: María de Lourdes Sánchez Lezama
Desde principios del siglo pasado, numerosos estudiosos y gerentes han
estudiado y encontrado, que una clara organización facilita el análisis de una
administración. Por lo tanto al estudiar la administración es necesario que se
estudie y se desglose el proceso administrativo, que son las funciones y
responsabilidades que cualquier director o gerente de empresas grandes, pequeñas,
lucrativas, no lucrativas, y de cualquier sector al que pertenezcan deben
tener.
Un proceso es una forma sistemática de hacer las cosas. Se habla de la
administración como un proceso para hacer hincapié en el hecho de que todos los
administradores, sean cuales fueren sus aptitudes o habilidades personales,
desempeñan ciertas actividades interrelacionadas con el propósito de alcanzar
las metas que desean.
De
acuerdo a Koontz, Weihrich & Cannice (2012) una empresa bien organizada, no existe
en un vacío, más bien depende de su ambiente externo; es parte de sistemas más
grandes, como la industria a la que pertenece, el sistema económico y la
sociedad. Así, la organización recibe insumos, los transforma y exporta los
resultados al ambiente. No obstante, este modelo sencillo necesita extenderse y
desarrollarse para indicar cómo los diversos insumos se transforman a través
del proceso administrativo o de las funciones gerenciales de planear,
organizar, integración de personal, dirigir y controlar (Ver figura 1).
La primera etapa del proceso administrativo es la Planeación, que consiste
en seleccionar proyectos y objetivos, así como las acciones para lograrlos, lo
cual requiere de tomar decisiones, es decir, elegir una acción entre varias
alternativas (Koontz, et, al. 2012:106). Al diseñar un ambiente para el
desempeño efectivo y funcional de los individuos que trabajan en grupo, la
tarea principal de un administrador es asegurarse de que todos comprendan el
proyecto a realizar y los objetivos del grupo, así como los métodos para
alcanzarlos. Si el esfuerzo del grupo se enfoca en ser efectivo, las personas
deben saber lo que se espera de ellos. La función de planeación, es la más
básica de todas las funciones gerenciales.
La segunda etapa, la organización donde se considera la estructura de la
organizacional, sus funciones, el sistema de comunicación, así como las líneas
de autoridad y de responsabilidad.
La tercera etapa del proceso administrativo es la Integración de
Personal, esta es la función gerencial que se define como cubrir y mantener
cubiertas las posiciones en la estructura de la organización. Esto se hace
posible, al identificar las necesidades de la fuerza de trabajo, ubicar los
talentos disponibles y reclutar, seleccionar, colocar, promover, evaluar,
planear carreras, compensar y capacitar o de otra forma desarrollar candidatos
y ocupantes actuales de los puestos para que puedan cumplir con sus tareas con
efectividad y eficiencia (Koontz, et, al. 2012: 308). Es importante reconocer
que la Integración del Personal, es una función crucial de los gerentes, la
cual puede determinar el éxito o fracaso de una institución. El capital humano
es el activo más importante que una organización puede tener, ya que las
personas pueden aprender como organización, y generar un conocimiento, y logar ser
una organización inteligente.
Figura 1. El proceso administrativo
La cuarta etapa del proceso administrativo en el enfoque de sistemas es
la Dirección, la cual es una función gerencial o directiva en la cual si los
gerentes no saben cómo dirigir a las personas o comprender los factores humanos
de sus procedimientos no lograran que se produzcan los resultados deseados.
Dirigir se define como el proceso de influir en las personas para que
contribuyan a las metas organizacionales y de grupo (Koontz, et, al. 2008:
412). La dirección se centra en las ciencias del comportamiento, como son los
factores motivacionales, el liderazgo y la comunicación.
La última etapa del proceso administrativo es el Control, esta es una
función en la cual algunos autores sobre administración opinan que no puede
estar separada de la Planeación. El control se define como la medición y
corrección del desempeño para garantizar que los objetivos de la empresa y los
planes diseñados para alcanzarlos (Kontz, et, al. 2012: 528). El
proceso de control básico, está conformado de tres pasos: 1) establecer
estándares, 2) medir el desempeño contra los estándares, 3) corregir
variaciones de los estándares y planes.
Referencias
koontz, H., Weihrich, H., & Cannice, M. (2012). Administración
un perspectiva global. México: Mc Graw Hill.
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