Hoy en día se habla de la importancia de la economía del conocimiento y la sociedad del
conocimiento, éste como generador de riqueza en las naciones y de
ventajas competitivas en un mundo globalizado, sin embargo, aunque el
conocimiento ha sido estudiado desde Sócrates, Platón y Aristóteles, fue hasta
finales del siglo pasado que adquirió una notoriedad sin precedentes en el
campo empresarial.
Dentro de los mayores exponentes de cómo se gestiona el conocimiento en las organizaciones tenemos a Nonaka y
Takeuchi (1995), que lo definen como un proceso humano dinámico en
virtud del cual se justifican las creencias personales en busca de la “verdad”,
o más sencillo aún: el conocimiento es
información en acción, así
también Davenport & Prusak (1998) definen el conocimiento de manera
práctica como una mezcla flexible de experiencias reflexionadas, de valores, de
información contextual y de visión experta, que proporciona una estructura para
evaluar e interiorizar nueva información y nuevas experiencias; mientras que
para O´Dell, Grayson y Essaides (2001); Bueno (2002) afirman que, a diferencia
de la información, el conocimiento trata sobre creencias y compromiso, sobre el
saber, sobre significados y sobre acción. Para Nonaka y Takeuchi, existen 2 tipos de conocimiento: el tácito y el explícito.
De acuerdo a O´Dell, Grayson & Essaides,
citados por Gómez (2009), el conocimiento
tácito o implícito reconoce a modelos mentales, creencias y perspectivas
que tienden a ser considerados como hechos ciertos, pero que no resultan
fáciles de articular y verbalizar por el individuo o grupo que los utiliza.
Puede ser dividido en dos dimensiones: a) dimensión técnica (conocimiento
tácito técnico), la cual engloba las habilidades o destrezas que un experto ha
desarrollado con la experiencia y que se suelen englobar en el término know-how
(saber hacer); y b) dimensión cognitiva (conocimiento tácito cognitivo), referida
a esquemas, modelos mentales, creencias y percepciones desarrollados e
interiorizados que influyen en la conducta.
El conocimiento
explícito es aquel que ha sido codificado, sistematizado e internalizado
por el individuo o la organización. Al materializarse servirá para dirigir el
comportamiento de los individuos, reduciéndose así el costo de procesar la
información y facilitando la toma de decisiones. Es fácil de articular y
verbalizar mediante un lenguaje formal, sistemático, ya que permite ser
procesado, transmitido y almacenado (Gómez, 2009).
Nonaka y Takeuchi (1999) basan su modelo en el conocimiento tácito
(subjetivo) y explícito (objetivo), los cuales se tienen cuatro formas de conversión: de
tácito a tácito (socialización), donde grupos de personas interactúan y
comparten modelos mentales y experiencias; de tácito a explícito (exteriorización)
referente a la discusión o reflexión del conocimiento tácito para la creación
de conocimiento conceptual a partir de metáforas y/o analogías; de explícito a
explícito (combinación) que se genera a través de la distribución del conocimiento recién creado por redes de la organización, originando con ello conocimiento
sistemático; y de explícito a tácito (interiorización) asociado al Learning by Doing
(experiencia), creando con esto conocimiento de tipo práctico. En la siguiente figura, se
muestran las cuatro formas de combinación del conocimiento:
|
Conocimiento tácito
| a Conocimiento explícito |
Conocimiento
tácito
|
(Socialización)
Conocimiento armonizado
|
(Exteriorización)
Conocimiento conceptual
|
desde
Conocimiento
explícito
|
(Interiozación)
Conocimiento
operacional
|
Combinación
Conocimiento
sistémico
|
Fuente: (Nonaka y Takeuchi, 1999).
Gestionar el conocimiento en nuestras organizaciones es una ventaja competitiva de todos nuestros competidores. Empieza a gestionarlo y aprovecha sus ventajas.
Referencias
Bueno, E. (2002). Gestión del conocimiento: desarrollo teórico y aplicaciones. Cáceres: Ediciones la Coria.
Davenport, T.H. & Prusak, L. (1998). Working knowledge: How organizations manage what they know. Boston: Harvard Business School Press.
Gómez, M. (2009). Desarrollo de un modelo de
evaluación de la gestión del conocimiento en empresas de manufactura. Recuperado el 30 de junio de 2015 de: http://oa.upm.es/5972/1/MARIAN_GOMEZ_HERNANDEZ.pdf
Nonaka, I., &
Takeuchi, H. (1995). The knowledge-creating Company (primera ed.). New York: The Oxford University Press.
Nonaka,
I.; Takeuchi, H. (1999). La organización creadora del conocimiento: Cómo
las compañías japonesas crean la dinámica de la innovación. México: Oxford
University Press.O´Dell, C., Grayson, J.C. & Essaides, N. (2001). Si tan sólo supiéramos lo que sabemos. Madrid: Griker & Asociados.
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