miércoles, 3 de febrero de 2016

Cómo convertirse en una “Organización Inteligente”


Foto: pixabay.com
Los cambios vertiginosos que están ocurriendo a nivel mundial en el ámbito económico, tecnológico, social, han producido una serie de adecuaciones para todo tipo de organizaciones. Para Senge (2010), las organizaciones que cobrarán relevancia en el futuro serán aquellas que aprendan adaptarse a los cambios externos a partir de la renovación constante de sus estructuras y descubran cómo aprovechar el entusiasmo y la capacidad de aprendizaje de la gente en todos los niveles de la organización, es decir las organizaciones abiertas al aprendizaje o inteligentes.

           Ahora más que nunca es el conocimiento y la capacidad de aprender de sus miembros, lo que distinguirá a las organizaciones de sus competidores. Los trabajadores deben manejar información para generar ideas. “La información útil que se pueda compartir entre los trabajadores de todos los niveles es una rica fuente de lecciones aprendidas y batallas ganadas” (Dubrin, 2003).

            Las organizaciones, como entidades abstractas, no pueden aprender; sólo aprenden los seres vivos; sin embargo, se transfiere a un nivel superior lo que es propio de las personas. Por similitud, se dice que las organizaciones aprenden cuando la realización de las tareas que sus miembros ejecutan individual o colectivamente mejora constantemente, ya sea porque los procedimientos internos se mejoran y/o porque la interrelación entre los objetivos, los recursos y el sistema relacional se hace, a nivel organizativo, menos disfuncional (Gairin, 2000).
                                                                                               
            Es necesario que se cree una relación entre la organización y el individuo, para poder promover adecuadamente la participación entre cada uno de sus partes, y exista una armonía y empatía para generar un aprendizaje. En una organización inteligente el personal necesita desarrollar y dominar ciertas disciplinas básicas, las cuales se dirigen a transformar y a renovar a la organización. Aunque  estas disciplinas se desarrollan por separado, cada una es vital para el éxito de las demás, Senge (2010), plantea que las 5 disciplinas que los miembros deben tener en una organización que aprende son las siguientes:

            Dominio Personal: Esta disciplina radica, en que una persona pueda aprender a reconocer sus verdaderas capacidades o habilidades y ver su realidad objetivamente. Para así poder construir su visión personal y tener la capacidad para identificarse con la visión de la organización, proponer soluciones creativas, y aceptar el compromiso de crecer junto con ella.
 
Elaboración propia
            Modelos Mentales: Esta segunda disciplina es de reflexión e introspección y se orienta en crear conciencia de los paradigmas que limitan la visión del mundo y la forma en que actúan los individuos. Conocer y manipular los modelos mentales o paradigmas origina nuevas formas de comunicación clara y efectiva dentro de una organización.

            Visión Compartida; Esta disciplina se enfoca en crear un compromiso en  todos los miembros de la organización, para que luchen en alcanzar un propósito en común. Una visión compartida no es una idea de una sola persona o del líder, sino una fuerza impresionante de poder que despierta el compromiso de mucha gente, porque en ella se refleja la visión de toda esa gente.

            Aprendizaje en Equipo: Esta cuarta disciplina comienza con el dialogo, con la capacidad de suspender sus supuestos, para poder pensar en equipo. El aprendizaje en equipo es trascendental para una organización inteligente, porque si los individuos del equipo no aprenden, la organización no puede aprender.

            Pensamiento Sistémico: Es la quinta disciplina que ayuda a contemplar a la organización como un todo y percibir a la organización como un sistema. En el pensamiento sistémico se integran las demás disciplinas, agrupándolas en un cuerpo coherente de teoría y práctica.

            El desarrollo e implementación de estas 5 disciplinas, aunque resulte un poco difícil su integración, cada una forma parte indispensable de la otra, no se puede trabajar en equipo si no hay una visión compartida que se quiere alcanzar, ni tampoco puede haber una visión compartida, si cada persona no sabe su visión personal. A partir de estas disciplinas la organización busca un aprendizaje en su personal y puede llegar a ser una Organización Inteligente.

Referencias 

DuBrin, J. A. (2003) Fundamentos del comportamiento organizacional (2ª ed.). México: Thomson
Gairín Sallán, J. (2000). Cambio de cultura y organizaciones que aprenden.Educar, (27), 031-85.
Senge, P. M. (2010). La Quinta Disciplina. El arte y la práctica de la organización abierta al aprendizaje (2ª  ed.). Argentina: Granica.


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